No querida no, todavía no he visto la costa. No he visto el mar. Pero en el tren desde Munbay a Panjim he atravesado rios. Y en la India los ríos son auténticos mares de interior, mares amplios y fluyentes que desbordan sus margenes en manglares, estuarios, meandros, sotos, marismas y humedales,... inacabables planos de agua habitados por enjambres criaturas aladas con formas desconocidas y colores,... los ojos deben reordenarse para resistir los embates de sorpresa y encanto.
Colgado de la puerta del vagón flotando sobre los puentes me enredo en sus coreografías de vuelo, paseo y danza que me dilatan el pecho hasta la fascinación. .. y que remontan al aire sobre la lamina inacabable de estos, los horizontes fluyentes de aguas que son dulces, y cruzan sobre sus orillas, sobre los tramos de jungla donde los pueblos del reino verde crepitan y hierven las formas inacabables para el ojo y la memoria que al fin no pueden sino ceder y desbordarse ahermanados con ellas,... hermandos con ellas y con el calor sofocante, con el sabor del chai en el paladar, con los chirridos de este artefacto diesel o ferrocarril crujiente proyectado por furia de pistones y locura de bielas que nos empuja por este infinito llamado trópico, llamado India, llamado vida,...
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