martes, 28 de octubre de 2008

Fracaso de tracker o rastros en las aguas


Constato, confieso hoy un fracaso de tracker... 

En realidad todo ha empezado como tantas otras tardes, ... dejando abierto y libre el rorrumpir de un latido  silvestre, aquel  que  me impulsa a  navegar descalzo  entre albardines y jabonarias, el mismo por el que desciendo a quiebro y salto  los  taludes del aljezar hacia los sotos del meandro. 

Ya conoceis bien el secreto, el  ingrediente para convertir los tracks en una felicidad sencilla, desnuda y pura es el mismo, siempre el mismo:

 ... uno se hace pequeño, uno se suelta y se suelta todavía más, ..., hasta el vencimiento, hasta quedar rendido y extenuado,... y desde allí, exánime y vacío se entrega hasta que  la intensidad de lo que rodea disuelve esa coraza de ruido que suena  dentro pero sabemos que es  tegumento de fuera,.. 

 Una vez deshecha y desprendida  permitimos que la tierra, el cielo, el aire y el agua, las fieras, las ánimas y los dioses devoren al fin lo que cultivamos por fuera pero que se ha metido dentro, ... el corazón ? .. el alma? .. o esos cuatro milenios en el espectacular orfanato de las palabras y los equívocos?

Sea lo que fuere, hoy me ha desbordado. Acaso este corazón fuese hoy demasiado blando para resistir el roce de los tomillos de ceniza, el quiebro de los cristales de yeso a mi paso, el vuelo curvo del alcotán  reflejado en mis brazos en cruz bajo el azul infinito...

La última partícula de lo que encerraba mi nombre la recogen  brazos tendidos de  sauces de plata y  manos de tarfas. Y ahora,  muy cerca ya ...

... la fluencia en el yermo...

Bajo mis pies no hay mas que  esponjada grama y sobre mis pies no hay mas que el olvido, un olvido primordial que convoca al silencio, un silencio que convoca al instante, un instante de silencio y olvido por el que respiro la luz vertida en efímeros rizos de laminas de agua.

Llegué hasta aquí, como tantas otras tardes buscando rastros, ...ahora guardo huellas de  insectos, su rastro, y mi rastro, en las aguas.

Creo que lo subiré al blog, ... recordará mi dulce fracaso.

Rodrigo M. a 28 Octubre de 2008