sábado, 28 de noviembre de 2009

Mahabharata


Imagínense la Iliada o la Odisea retransmitida en forma de serie televisiva en la  Grecia de nuestros días. Imagínense además, toda la trama producida “a pelo”, en forma bruta, … vamos, sin adaptaciones de guión, sin ingeniería  de seducción narrativa, sin efectos especiales, sin añadidos escénicos ni alteraciones estilísticas impuestas por asustados gerentes de producción.

¿Superaría los niveles de audiencia de “Lost” o de “House”? . Tal vez. Pero, ¿ alcanzaría tal éxito como para movilizar a toda la pirámide población del país?,  ¿conseguiría vacíar las calles de todas sus  ciudades?,  ¿alteraría el horario laboral de funcionarios y ministros...?
Ese fue el logro pasado de la emisión del Mahabharata en India en los años 80,...por aquel entonces ese país - la moderna Baratha- ya sobrepasaba el millar de millones de espectadores potenciales.

El puntito de la cuestión es que la extensión de la obra hindú decuplica el volumen de las dos obras de Homero juntas. Además,  la serie épica no es precisamente un plato escénico palatable y digerible para los de este lado. Compruébelo usted mismo y llame a ese amigo o vecino de cultura media-alta con el que de vez en cuando flirtea con el etnoesnobismo o el cineforum. Y sea usted esta vez quien le engañe  para sentarse y seguir cualquier capítulo del Maha a cambio de un par de cervezas.  Cuente los miunutos en el que la fase de apurar la lata de cerveza  precede a la etapa de  cambios de postura y  se prolonga por  los suspiros irregulares de aleta de nariz antes del manotazo en la frente anunciando el recuerdo súbito de recoger a los niños o llamar a su suegra,...

Sin embargo, ¡ahí  están los hechos! mas de 700 millones de traseros enfundados en dottis o saris no se despegaron de su asiento durante toda la retransmisión, hora tras hora y día tras día.

En India, la pasión por el patrimonio mítico-literario trasciende  la gerontología academica y los reductos de la pedantería de salón y prensa. Hechos, aventuras y tribulaciones de personajes del Mahabharata como Arjuna, Visma, Sri Krsna, Sanhaya y muchos otros, desatan pasiones febriles en todo indio minimamente despierto sin necesidad de ninguna campaña de promoción cultural institucional. Vaya usted a cualquier ciudad de India y compruebe por su cuenta como la antiquísima epopeya continua proyectando debates incandescentes en los puestos de comida, en los baños, a la salida del templo, en los andenes del tren, en los talleres de las barriadas ,... Vaya de nuevo y contemple el despliegue de imaginería de sus escenas  en mostradores, tarjetas de restaurante, calendarios de ferretería, posters en librerías,...hasta en la misma sopa,..

Toda mitología que se precie funciona como un detergente para las dudas mas dificiles de limpiar en cualquier mente inquieta y sensible, y salvo excepciones una excelenta base para el optimismo metafísico. Explica el origen sagrado del Universo y las circunstancias de la aparición del hombre y su problemática primordial, la raiz del enfrentamiento del bien contra el mal, la importancia de las virtudes invisibles, de fruto incierto frente a las apetencias bien visibles y de retribución clara e inmediata.

En el Mahabaratha también hay "buenos" y "malos", pero "buenos" y "malos"  de al menos 2600 años  -4.000 según la mayoría de las fuentes- que siguen hoy resultando fascinantes. Por supuesto, habían superado por entonces los clichés y el maniqueismo barato del los western de los 50 por los que hemos tenido que pasar después:  Kuravas y Pandavas son indistinguibles unos y otros a lo largo de decenas de capítulos en los que todos se comportan como seres valerosos, nobles, esplendidos y generosos. Se aprecian entre sí porque están emparentados, tienen los mismos maestros y la misma infancia, pero,...mire usted por donde,...

 Llegado el momento, los Kuravas  consiguen desterrar por engaño a los Pandavas para gobernar de un modo ilegítimo la ciudad de Hastinapura. Tras aceptar el destierro a la selva  - el ámbito marginal donde suceden aventuras, hazañas, aprendizajes y memorables encuentros- , los Pandavas reclaman lo que es suyo. Y como ya se veía venir, los Kuravas responden que nones,  originando la gran batalla de los Campos de Kurushetra.

Al final de una lucha encarnizada y trágica vencen los Pandavas, mueren ella dioses y heroes y marca el comienzo de la era actual en la que estamos: Kali yuga.

Curioso, de las cuatro eras Kali yuga es el periodo  mas preocupante: la era del adarma. Es decir, el tiempo del desorden y de la ignorancia, el periodo en el que la Humanidad sufre la pérdida de Viveka, el discernimiento espiritual, la edad en la que los hombres pierden el criterio de lo que es bueno y de lo que no lo es. ¿Les suena de algo?

El gran heroe Arjuna desfallece el dia anterior de a la gran batalla, cuando contempla en el otro bando a familiares y amigos de infancia. Krsna se revela como la encarnación de la Sabiduría y le instruye detenidamente sobre los motivos para participar en la refriega. Esa gran lección dialogada de Krsna y Arjuna consta de 18 capítulos y constituye el Canto del Señor o Bagavad Gita, pasaje interno del Mahabaratha, uno de los grandes pilares de la sabiduría hindú.

El Bagavad Gita no solo resuelve y traciende de forma magistral y concluyente las disensiones metafísicas, religiosas de  las escuelas védicas de su tiempo sino que fundamenta el corpus metafísico, epistemológico y ético del hinduismo de un modo tan claro, explícito, pedagógico, y al mismo tiempo tan gozosamente estético, que se erige como una de las obras primordiales de la literatura oriental de todos los tiempos.

Kuravas y Pandavas. Una lectura simplona desde occidente traduciría como conservadores y progresistas, salvo que en este caso son precisamente los "rojos" marginados, engañados y explotados son los que en todo momento miran y escuchan y  sacrifican a los Poderes del Universo mietras que  los "conservadores" Kuravas son quienes ignoran y desprecian a los dioses. Chocante.

Chocante pero familiar.  Resulta que esta  repugnancia tan habitual de nuestros días hacia los sectores que declaran "conservar" los valores, la tradición y las ideas para aferrarse en el poder ilegítimo y en su status de privilegio tiene raices  4 veces milenarias.

Tampoco es una novedad que el  núcleo esencial y original de las grandes religiones ha sido siempre un  inquetante foco de amenaza y temor para los ordenes establecidos y privilegiados, ya sean castas sacerdotales, clases oligárquicas o cualquier jerarca local de medio pelo. Buda,  Cristo, Mahoma, Lao tse, Mahavira hicieron temblar de un plumazo los cimientos de templos, palacios y mercados,...  Cuando desaparecieron sin relevo digno ( sij) los "kuravas"  aliviadísimos de todos los tiempos,  reorganizaron el cotarro y aplicaron lo que hoy llamamos, I+D, benchmarking y reingeniería organizacional para relanzar las marcas exclusivas  Cristo ®, Mahoma ©, Lao tse , Mahavira℗,...
De las  infinitas interpretaciones del Mahabaratha hay una poco extendida que proviene de la escuela advaita. Identifica Kuravas y Pandavas  con los arquetipos de las tendencias del individuo:

-la ciudad de Hastinapura, la ciudad de los elefantes sería así la Ciudad de la Sabiduría.

-los kuravas representan los hábitos establecidos de la mente que se oponen al cambio necesario propio del flujo natural de la existencia, divina en esencia.

-su rey, Diristarastra es ciego, como la misma mente que no puede operar sin la información que le suministran los sentidos externos y los sentidos internos. Los vicios no tienen una entidad esencial de por si, sino que son generados a partir de la perpetua fricción de la oposición al cambio.

-los Pandavas encarnan a su vez  las virtudes  del ser humano necesarias para rechazar y trascender su ignorancia en forma de impulsos, gustos y apenas para guíarse tan solo por la inspiración divina formulada por el darma que dicta el deber.
-¿y la batalla de Kurushetra? Cada vez que los seres humanos nos levantamos de la cama para enfrentar la jornada tenemos los pies en los campos de Kurushetra y en nuestro interior luchan en cada instante  Kuravas y Pandavas.

El Mahabaratha lo sugiere, el advaita lo proclama y nosotros lo constatamos: Santa Teresa y Adolf Hitler, Gandhi y Pol Pot, San Francisco de Asís y Andrea Borgia o Andreu Buenafuente y Jose María Aznar nunca han dejado de estar fuera de cada uno de nosotros. Estén avisados.

Cuentan que Hegel,  tras la lectura de una traducción alemana del BG, corría bailando y saltando por salones y pasillos con el ejemplar sostenido encima de la cabeza. ¿Se lo creen?

Yo me lo creo, pero no me creo que mi recién desaparecido amigo Agustín Serra, que fue un genuino y auténtico Pandava moderno ( o infanzón como solían identificarse con su pandilla de Pandavas) esté vagando por los bosques esperando recuperar su Hastinapura.

En estos tiempos de adarma, ignorancia y egoismo los kuravas han aprendido la lección y sus metodos son mas refinados y arteros,... Con el buen Agustín se fueron también suficientes historias para escribir otro Mahabharata que mantendrían a su vecino y al mío mas despiertos, encendidos e indignados que todo oriente reunido,...

En fin, como cuentan mis amigos astrólogos, está llegando el momento en que los secretos y los huesos salen de la tierra para contar sus historias,...

a pesar de Diristarastra,....

Rodrigo M. a 28 Enero de 2010

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